LOS SIETE PECADOS DEL MAQUILLAJE ( extraido de Estampas.com)
Coordenadas
• María Mejía, cosmetóloga clínica. Telfs.: (212) 574.9268, 0412-616.3579
• Richard Ching, maquillador y asesor de imagen. Telf.: 0414-272.8355
Con la ayuda de dos especialistas en el área de la cosmética hemos hecho una clasificación de los errores más frecuentes que cometemos cuando nos maquillamos, todos ellos tan desdichados para nuestra imagen que merecidamente les hemos dado el calificativo de "pecados".
Afortunadamente, es muy fácil redimirnos y sacarle el máximo provecho a nuestro rostro siguiendo las reglas básicas para un maquillaje favorecedor.
1. Pecado de omisión: no acondicionar la piel
Este es un pecado capital que exige de la penitente un profundo acto de contrición y voluntad de enmienda. Se debe preparar el cutis no solamente por razones de higiene y cuidado diario sino también para dar luminosidad y durabilidad al maquillaje.
Limpie el rostro con un jabón adecuado o con un removedor de maquillaje preferiblemente usando una gasa o esponja ya que el algodón no arrastra las impurezas. Para retirar el maquillaje de labios y ojos use una crema desmaquilladora especial para esas delicadas áreas para las cuales sí es aconsejable el algodón.
Como segundo paso debe aplicarse una hidratante con factor de protección solar 15 como mínimo, o incorporar a su rutina un protector solar urbano. Con nuestro sol tropical es imperdonable no hacerlo.
"En cuanto al tipo de cutis y el producto más adecuado para cuidarlo, la mayoría de las venezolanas tenemos el cutis mixto o graso. Realmente no son comunes los casos de cutis normales o secos. Debido al clima, los más apropiado para las latinas son los productos dermocosméticos (intermediarios entre el medicamento y el cosmético, indicados tanto para prevenir como para tratar) en fluido o gel", acota María Mejía, cosmetóloga clínica.
2. Pecado de comisión: base mal seleccionada o aplicada
No cometa el grave pecado de probar el color untando la base en el dorso de la mano; más bien extienda una pequeña porción desde el maxilar hasta el cuello. Si el tono se iguala al de su piel, es la base indicada. Sin embargo, Richard Ching, maquillador y asesor de imagen, hace una advertencia que debemos considerar para no caer en falta. "Por lo general, las bases que se venden en el país son más apropiadas para cutis caucásicos por sus tonos rosados. Nosotros, los latinos, tenemos una tez con tendencia hacia matices amarillos o aceitunados. Por lo tanto hay que aprender a nivelar el tono de la piel complementando la base con el polvo facial. Si la base es un tono más abajo o más arriba al del rostro, entonces se debe utilizar un polvo más claro o más oscuro para compensar".
Por su parte, Mejía comenta que observa con frecuencia semblantes con fronteras de color bien demarcadas entre el rostro y el cuello. "Para evitar este efecto de máscara se debe desvanecer el producto perfectamente, prestando atención al nacimiento del pelo, alrededor de la nariz, y por debajo de la mandíbula hasta su unión con el cuello. Dependiendo del vestuario, a veces es necesario maquillar el escote también", y agrega una recomendación adicional: "los cutis más maduros deben usar bases más fluidas ya que las más pastosas marcan más las arrugas y líneas de expresión además de crear también ese efecto de careta. Si quieres ocultar manchas u ojeras debes recurrir a los correctores y no a las bases gruesas".
3. Dispendio: corrector de ojeras en exceso
Otras que están bajo amenaza de condenación son quienes se aplican excesivamente el corrector de ojeras creando un extraño antifaz blanco. "Inclusive, hay quienes se ponen el antiojeras sin haberse aplicado la base, lo que crea una disparidad mayor, añade Ching.
"Como regla básica el corrector de ojeras debe ser un tono más claro al color de la piel y no se debe aplicar en exceso, pues la piel de esa zona es muy fina; además hay que difuminarlo bien para que se vea natural y para evitar que marque las líneas de expresión", aconseja.
A la hora de comprar el corrector recuerde que los tonos amarillos consiguen atenuar los grises, azules y marrones de las ojeras. Los correctores con tendencia al verde minimizan los granitos rojos o enrojecimientos.
4. Pecado de adecuación: tonos de sombras inapropiados
Ciertamente la moda está pautando tonos de sombras iridiscentes o vibrantes que permiten crear un look muy llamativo. Sin embargo, cuando cubre sus párpados con colores que no van con el tono de sus ojos y piel, el vestuario, su edad o el momento del día, ofende el principio que reza: "de la moda, lo que te acomoda". Estos tonos deben usarse con precaución, particularmente si se han vivido más de 30 primaveras.
"Esas tonalidades no le quedan bien a todo el mundo y mucho menos a damas mayores. Tampoco deben usarse en horas de la mañana, son más adecuados para la tarde-noche" advierte Ching.
Para Mejía "con el transcurrir de los años es mejor optar por colores mates o en todo caso con un toque nacarado. Los tonos ocres o rosados tenues son muy favorecedores en esta etapa de la vida".
5. Pecado de encubrimiento: pestañas apelmazadas
Hay quienes se empeñan en ocultar sus ojos tras una maraña en el canto de los párpados lo que, además de crear un indeseado foco de atención, arruina el mejor de los maquillajes. Este pecado puede ser sencillamente exculpado si sigue las recomendaciones que ofrece Mejía: "tenemos la mala costumbre de bombear el rímel y eso hace que se llene de aire, se ponga grumoso y se empegoste en las pestañas. Entonces, en primer lugar hay que dejar de hacer eso. Ahora, para darle un elongado realce a las pestañas se debe poner la primera capa y luego peinar con un peine de cejas para remover el exceso. Luego, te colocas una segunda capa y vuelves a pasarte el peine. Una alternativa es que como segundo paso te retoques solamente las puntas de las pestañas".
6. Tacañería: cejas mal perfiladas
Las inocentes transgresoras tienen una permanente cara de asombro o una expresión de severidad extrema que raya en malicia. Definitivamente, unas cejas mal diseñadas o maquilladas cambian por completo la expresión del rostro y opacan el maquillaje.
Ching no duda en afirmar que "las cejas se deben depilar de acuerdo con el rostro y la forma de los ojos de cada quien. Esa expresión de asombro se debe a cejas mal arqueadas. Es preferible invertir en un especialista para que les dé la forma ideal para ti y luego tú puedes mantener el contorno por tu cuenta".
También hay quienes se pintan las cejas con lápiz negro y tan acentuadamente que parece que se las hubieran delineado con un marcador, amén de la expresión áspera que adquiere el rostro.
"Las cejas nunca se deben pintar de negro ni siquiera cuando ese sea el color del cabello. En ese caso hay que usar marrón oscuro pues las cejas deben rellenarse con un tono más claro al de su color. Lo ideal es pintarlas con sombras, pero cuando se usa lápiz no hay que afincarlo y se debe emplear delicadamente como dibujando finos vellos," recomienda Ching.
Mejía coincide con el uso ideal de sombras o polvos para las cejas, pero para aquellas que prefieren el lápiz nos da un tip adicional: "suaviza el trazo del creyón peinándolas luego con un cepillito ejerciendo una suave presión".
7. Incongruencia: delineador más oscuro que el labial
En la búsqueda de crear más volumen, algunas chicas se perfilan los labios con un lápiz oscuro sin percatarse de lo artificial o postizo que se ve.
Mejía sugiere trazar los labios "con un lápiz similar al color de la boca o de la barra labial, nunca más oscuro. Para darles más volumen y luminosidad se puede aplicar un gloss o brillo en la parte central y luego difuminarlo hacia los extremos para evitar excesos".
Adicionalmente, Ching afirma que se puede apelar a la técnica del claroscuro para dar un aspecto más carnoso a la boca. "Es decir, aplicar en el centro un labial de un tono más claro al utilizado en el resto de los labios. Para las más prácticas, se han creado las barras o brillos que hinchan los labios".